Snow Animal: Gestión deportiva para un ecosistema de montaña competitivo y sostenible
Con foco en la seguridad, la calidad técnica y la planificación a largo plazo, esta iniciativa encabezada por Jorge Mandrú y Nicolás Carvallo redefine la manera de pensar y organizar los deportes de nieve en Chile, preparando el terreno para nuevas generaciones.
Las primeras luces del día tiñen las laderas de Valle Nevado para Andes Cup mientras los equipos técnicos afinan cada detalle: redes, señaléticas, pasadas de máquinas y controles de seguridad. Al fondo, los primeros atletas comienzan a estirar, con la mirada fija en la pista. La montaña es un escenario impredecible y, al mismo tiempo, un aula inigualable. En ese cruce entre naturaleza y método, Snow Animal ha decidido escribir una nueva narrativa para los deportes de nieve en Chile.
Fundada por Jorge Mandrú, Herman Román y Nicolás Carvallo, Snow Animal no busca ser solo un organizador de eventos, sino un actor estructural en la profesionalización y consolidación de la nieve como industria deportiva. De esta manera, sus eventos se asimilan como plataformas de desarrollo competitivo y cultural.
“Queremos entregar competencias deportivas de primer nivel, rompiendo el status quo y trabajando articuladamente con los centros de ski para, desde las acciones concretas atletas nacionales e internacionales puedan vivir un evento completo. Esto implica, desde el armado de la pista, la logística y los servicios al competidor”, explica Nicolás Carvallo, ex seleccionado nacional de ski alpino. “No se trata solo de atraer riders del hemisferio norte, sino de preparar a los nuestros para estar a ese nivel. La calidad de las pistas y la seriedad organizativa son los primeros pasos y esto se debe hacer en conjunto con todos los actores y los resultados se ven a la mano”.
Esta convicción se traduce en apuestas concretas como Titanes XS, una competencia de Freestyle Infantil, que busca convertirse en la puerta de entrada al circuito FIS, es uno de los proyectos emblemáticos. “Nació porque veíamos un vacío en el calendario. Hay mucha motivación en Argentina por el freestyle por ejemplo, muchas carreras llenas, y en Chile faltaba ese escalón intermedio. Queremos que sea esa ruta lógica hacia la alta competencia”, señala Carvallo.
El apoyo y trabajo conjunto con la Federación de Ski y Snowboard de Chile es clave, y sus equipos directivos y ejecutivos están continuamente desafiándonos a entregar mejores competencias.
Un nuevo estándar en la montaña
La obsesión por el detalle recorre cada capa de trabajo en Snow Animal. Desde la aplicación estricta de los protocolos FIS, el estándar más alto en seguridad y técnica, hasta la selección meticulosa de equipos y la planificación al amanecer, nada se deja al azar. Para Jorge Mandrú, quien representó a Chile en los Juegos Olímpicos de Invierno en Vancouver 2010, no se trata solo de armar una pista, sino de diseñar un entorno donde cada decisión esté al servicio del atleta.
“La seguridad es la base de cualquier decisión que tomamos”, explica Mandrú. “Si las condiciones no son óptimas, no hay discusión: la prueba se suspende. No hacemos concesiones, porque la prioridad siempre es el deportista y la calidad técnica del evento. Es el punto de partida de todo”. Esto se traduce por ejemplo en Chile Winter Series, un evento multi disciplina itinerante que se ha transformado en una fuerza potente en el hemisferio sur.
Mandrú subraya que la construcción de un evento no termina en el montaje: es un proceso vivo, en el que cada mañana se evalúan condiciones, se reúne al equipo técnico y se decide si se avanza o se frena. “La montaña es cambiante y exige humildad. Puedes planificar durante semanas, pero al final del día, el clima y la nieve tienen la última palabra”, añade.
Sobre el delicado equilibrio entre el “espíritu core” y la masificación, Mandrú no duda en profundizar. “La transición hacia un evento mainstream no pasa de la noche a la mañana. Los deportes core se sostienen en la dedicación silenciosa, en las horas invertidas perfeccionando cada línea, cada giro. Masificarlos sin una base cultural y técnica sólida puede diluir su esencia. Lo que buscamos es exactamente lo contrario: consolidar una comunidad comprometida y formada, capaz de sostener el deporte en el tiempo y proyectarlo hacia afuera con identidad propia”.
Más allá de la competencia, Snow Animal entiende que el verdadero crecimiento ocurre en los márgenes: en los entrenamientos, en las charlas técnicas al pie del andarivel y en cada decisión que prioriza la seguridad y el aprendizaje por sobre el show. “La montaña no se domina, se respeta”, remata Mandrú, casi como un mantra.
Una de las grandes preocupaciones actuales es la sostenibilidad y el retroceso de la nieve. Mandrú enfatiza que la tecnología actual, como los cañones de nieve, permite prolongar las temporadas y planificar mejor. Sin embargo, subraya que la clave no está solo en la tecnología, sino en educar al público y a los atletas. “La montaña es un organismo vivo. Hay que aprender a leerla y respetarla. No basta con poner nieve artificial; se necesita una cultura outdoor fuerte, que valore y cuide el entorno”.

En esa línea, la visión de Hernán Román, encargado de marketing y producción, resulta clave para entender la estrategia a largo plazo de Snow Animal. Román impulsa la diversificación no solo como una vía de crecimiento, sino como una forma de asegurar la continuidad y relevancia de la montaña. “La montaña no puede reducirse a un escenario exclusivo de los tres meses de invierno. Tenemos que imaginarla como un espacio vivo, un punto de encuentro que funcione durante todo el año y de esa formar permear a la comunidad, los profesionales y sus distintas disciplinas deportivas”, sostiene.
Román también pone énfasis en el tejido de redes estratégicas. “Hemos trabajado en fortalecer vínculos con entrenadores, federaciones, marcas y centros de ski. Cada proyecto que hacemos deja una huella en la industria, pero también en los chicos que están empezando. Queremos ser la base de una nueva generación de esquiadores y snowboarders que compitan de igual a igual afuera”, dice.
Este trabajo de fondo exige consensos y capacidad de adaptación. Carvallo reconoce que las discusiones dentro del equipo son frecuentes. “Tenemos trayectorias distintas, ya sea en producción, ingeniería, deporte de alto rendimiento. Muchas veces no coincidimos en decisiones tácticas, pero existe un respeto profundo. Sabemos que todas las discusiones se dan con el objetivo de proteger al atleta y elevar el estándar”.
Esa “discusión creativa” es uno de los sellos internos de Snow Animal. Un espacio donde cada línea de trabajo, desde el diseño de pistas hasta la calendarización de los heats, se revisa minuciosamente, con la exigencia de un equipo que conoce los circuitos internacionales y que quiere replicar ese rigor en Chile.

Además de los eventos, proyectan desarrollar programas educativos y clínicas técnicas en conjunto con colegios y clubes deportivos. “Queremos democratizar el acceso técnico. No se trata solo de deslizarse en la pista, sino de aprender la biomecánica del movimiento, la lectura de la montaña, la seguridad y la planificación táctica”, explica Mandrú.
La sostenibilidad económica es otro eje. Los socios coinciden en que el deporte competitivo no puede depender solo de fondos públicos o de patrocinios puntuales. “El objetivo es construir un modelo que sea atractivo para las marcas, pero que respete la esencia del deporte. Apostar por un retorno en branding y en cultura outdoor. Si eso se logra, se abre un camino más amplio para los riders y para la industria”, resumen
Snow Animal se presenta como un proyecto que entiende la montaña desde adentro, que la observa con respeto y la piensa en clave de futuro. No conciben los eventos como un objetivo en sí mismo, sino como un vehículo para construir comunidad, formar atletas íntegros y acercar la cultura de montaña a nuevas generaciones.
Porque al final, la verdadera profesionalización no se define solo por tener mejores pistas. Se trata de construir una cultura que valore cada esfuerzo que empuja los límites personales. Una cultura que entienda que el aprendizaje más valioso se refleja en el camino silencioso y constante que forma a los atletas y fortalece a toda la comunidad.