A través del freeride, el nuevo corto documental de la destacada deportista nacional propone implícitamente una reflexión sobre la conexión con la naturaleza desde el deporte. Paisajes que antes parecían inaccesibles o destinados únicamente a la contemplación, como el desierto, se revelan como escenarios para la aventura, la exploración y la creatividad.
En el corazón del desierto de Antofagasta, donde la vida parece un espejismo y las montañas de arena se extienden hasta el infinito, nace “Mirage”, un corto que muestra a la destacada deportista chilena Domi Ohaco, esta vez en bicicleta. Dirigido por Juan García, este proyecto no solo documenta una aventura deportiva, sino que también invita a reflexionar sobre la conexión profunda entre el deporte y la naturaleza, a pesar de que pueda ser inhóspita y desolada.
Con una sólida trayectoria en el esquí y el freeride en bicicleta de montaña, Domi Ohaco da un vuelco para aventurarse en el desierto más árido del mundo.»Este proyecto para mí es algo que había tenido en mente por mucho tiempo. Siempre me había concentrado en proyectos relacionados con el esquí, pero Chile tiene lugares increíbles, y yo siempre he estado conectada con las montañas», cuenta. «Esta vez, la propuesta era diferente: mostrar un rincón inesperado de nuestro país, en pleno desierto, donde nunca imaginamos que podríamos andar en bicicleta».

En “Mirage”, el desierto de Antofagasta se transforma, en menos de 3 minutos, en un escenario de contrastes, donde la aridez se convierte en posibilidad, y el paisaje, muchas veces considerado inhóspito, revela una belleza cruda e impresionante. A través del freeride, el documental propone implícitamente una reflexión sobre la conexión con la naturaleza desde el deporte.
«Fue impactante descubrir este lugar cerca de Antofagasta, no solo para mí, sino para todos los que lo conocen. La idea era compartir algo único, un lugar de freeride para bicicletas con accesos increíbles, algo que no se encuentra fácilmente en otras partes del mundo», explica.
Profundiza que «aunque existen lugares de freeride, la gran diferencia aquí es la infraestructura creada por la minería en el norte, que permite llegar a estos parajes asombrosos en camioneta y, luego, descender en bici. Es el sueño de todo freerider»
El corto, realizado en colaboración con Tenet Components, sigue a un grupo de riders enfrentándose a un paisaje que desafía tanto lo físico como lo mental. Entre el polvo y las dunas, la cámara de Domi captura la fuerza del cuerpo en movimiento, pero también el asombro frente a la inmensidad. El resultado no es solo un registro deportivo, sino una experiencia sensorial que revela que incluso en los terrenos más extremos, es posible encontrar belleza, conexión y sentido.
Domi Ohaco: entre la nieve, la tierra y la cámara
Conocida por su habilidad sobre los esquís, Ohaco ha forjado una carrera en los deportes extremos que hoy combina con su pasión por el cine. Desde joven ha destacado en competencias de freeride en nieve y, en los últimos años, ha sumado la bicicleta como nuevo medio de exploración y expresión.
«Este año viene cargado de nuevos desafíos. Ahora estoy en un viaje de esquí, pero en cuanto llegue la primavera aquí en el hemisferio norte, me enfocaré en la bicicleta», cuenta Domi. «Luego me voy a Europa por un mes con Adidas para un campamento de entrenamiento, y participaré en dos eventos de freeride: uno en Polonia y otro en Austria».
Además de su participación en eventos internacionales, sigue trabajando en nuevos proyectos audiovisuales: «Tengo varios proyectos en colaboración con otros atletas de Adidas, como Five Ten y Jun, enfocados en el mundo de la bicicleta. Todo pinta muy interesante. Y para la temporada en Chile, estoy organizando algunos proyectos en bici y, como siempre, planeando cómo seguir mostrando lo que Chile tiene para ofrecer en deportes extremos».
Este tipo de registros son fundamentales no solo por su valor estético o documental, sino porque demuestran que la naturaleza ofrece espacios impensados para conectar con el deporte. Paisajes que antes parecían inaccesibles o destinados únicamente a la contemplación, como el desierto, se revelan como escenarios para la aventura, la exploración y la creatividad. Estos proyectos expanden los límites e invitan a mirar nuestro entorno con nuevos ojos, reconociendo el potencial escondido en cada rincón del territorio.
Con su sensibilidad, su ojo agudo y su conexión con los paisajes más desafiantes, Domi Ohaco consolida un estilo propio que va más allá de la acción: uno que revela lo invisible, lo emocional y lo profundamente humano de enfrentarse a la naturaleza y a uno mismo.