El destacado ciclista chileno ha llevado su pasión más allá de la competencia, convirtiendo los kilómetros en una causa solidaria. A través de Fireflies Patagonia, une el esfuerzo y la resistencia del ciclismo con la lucha contra el cáncer, demostrando que el deporte es un motor de cambio.

Rodrigo “Canuto” Errázuriz es un nombre reconocido en el mundo outdoor y específicamente en el ciclismo de ultra distancia chileno, tanto por su talento sobre la bicicleta como por su incansable labor en la promoción del deporte. Con una carrera que abarca desde el XC maratón, enduro hasta Gravel, su trayectoria es reflejo de su pasión y compromiso.Sin embargo, más allá de su desempeño competitivo, ha sabido canalizar su experiencia hacia una causa mayor: FirefliesPatagonia, una iniciativa que combina el desafío físico con un propósito solidario..

Fireflies Patagonia es una travesía ciclista de larga distancia inspirada en el icónico Fireflies Tour de Europa, que reúne a ciclistas de todo el mundo para recaudar fondos en la lucha contra el cáncer. “Es un desafío físico tremendo, pero lo que realmente te impulsa es saber que cada pedaleada tiene un propósito mayor”, comenta “Canuto”. En cada edición, los participantes recorren rutas épicas a través de la Patagonia, enfrentándose a terrenos exigentes y condiciones climáticas impredecibles, todo en beneficio de la investigación oncológica y el apoyo a pacientes con cáncer.

Para “Canuto” Errázuriz, involucrarse en Fireflies ha significado un giro en su carrera, permitiéndole combinar su amor por la bicicleta con una causa que trasciende lo deportivo. “Uno a veces cree que el ciclismo es solo rendimiento, pero cuando te das cuenta de que puedes hacer algo más con esto, cambia todo”, reflexiona. Su rol dentro de la organización ha sido clave en la planificación y desarrollo del evento en Chile, asegurando que cada edición mantenga el espíritu desafiante y solidario que caracteriza a la iniciativa a nivel global.

El impacto de Fireflies Patagonia ha ido más allá de lo esperado, logrando no solo un importante apoyo económico para la causa, sino también una comunidad de ciclistas comprometidos con generar un cambio. “Ver a gente que no se conocía antes unirse con tanta fuerza por algo así es impresionante. La bicicleta nos conecta de muchas formas”, dice “Canuto”. Gracias a su trabajo y al esfuerzo del equipo organizador, el evento no solo ha crecido en convocatoria, sino que también ha inspirado a más personas a vincular el deporte con causas sociales.

Para el futuro, tiene claro que quiere seguir impulsando Fireflies y el ciclismo como un motor de transformación. “Mientras tenga piernas para pedalear y energía para empujar proyectos así, ahí estaré”, asegura. Con su experiencia y visión, seguirá dejando una huella en la comunidad ciclista chilena, demostrando que la pasión por el deporte puede ir de la mano con un compromiso genuino por los demás.

¿Cuáles han sido los hitos más importantes de tu carrera sobre la bicicleta?

Para mí, cada momento sobre la bicicleta es un hito. Si bien hay carreras o eventos que pueden marcar puntos clave en mi trayectoria, cada experiencia tiene su propio valor. Fireflies, Across Andes, Transandes, o competencias en el extranjero, todas han dejado una huella. Cada desafío trae consigo un tipo distinto de cansancio, triunfo o aprendizaje. Con los años, cada pedalazo suma experiencia y me forma no solo como ciclista, sino también como persona.

¿Cómo ha evolucionado tu relación con el ciclismo a lo largo de los años?

El ciclismo ha sido parte de mi vida desde siempre. Ya en los años 80, en mi etapa escolar, pasaba horas sobre la bicicleta. En aquel entonces, el mountain bike era casi inexistente, y cuando llegaron las primeras bicicletas de montaña, fueron una revolución. Mis primeras carreras en 1987 parecían una locura: un grupo de apasionados explorando sin saber bien qué hacíamos. Aunque tuve una etapa como corredor de montaña y trail running, la bicicleta siempre fue mi mejor complemento. Con el tiempo, pasé del mountain bike al gravel y la ruta, pero la bicicleta nunca ha dejado de estar presente en mi historia.

¿Cómo llegaste a involucrarte con Fireflies y qué significa para ti esta causa?

Fue una combinación de buenas amistades y estar inmerso en la escena deportiva. Un gran amigo me presentó a Polo Luissetti, uno de los fundadores de Fireflies Patagonia. En 2019, Polo me invitó a participar, y después de esa primera experiencia, quedé enganchado para siempre. Hoy soy parte del directorio, con un rol enfocado en el desarrollo de rutas y la planificación técnica del evento. Fireflies es un desafío increíble, que no solo combina la pasión por la bicicleta, sino también una mirada estratégica sobre cómo diseñar rutas que nos permitan recorrer lugares extraordinarios de nuestro país.

Fireflies es más que una ruta extrema en bicicleta, es un movimiento solidario. ¿Cómo describirías la esencia de esta iniciativa?

Definir Fireflies no es fácil. Aunque es un recorrido en bicicleta, no es una carrera ni un simple paseo. Se trata de un desafío físico y emocional donde se crea una conexión especial entre los participantes. Lo que lo hace único es su propósito: generar conciencia y recaudar fondos para el cáncer infantil. Además, tiene un impacto social en las comunidades que visitamos, donde donamos libros, computadores, cascos y otros recursos según las necesidades de cada lugar. Fireflies es mucho más que pedalear; es dejar una huella significativa.

¿Qué desafíos has enfrentado como parte de Fireflies y qué aprendizajes te ha dejado?

Fireflies es un evento extremo que implica una planificación meticulosa. Desde la logística de rutas y hospedaje hasta la coordinación con escuelas y comunidades, todo requiere meses de preparación. Además, está el desafío humano: hay ciclistas de distintos niveles, algunos buscando superar sus propios límites. La clave es que todos lleguemos al final de cada jornada, sin importar el ritmo. Cada edición deja aprendizajes y nos obliga a hacer ajustes, como en la vida misma. Fireflies me ha enseñado que, al igual que en el deporte y el trabajo, siempre hay que estar dispuesto a adaptar el camino para alcanzar los objetivos.

¿Cómo crees que el ciclismo puede impactar en la vida de las personas más allá del deporte?

El ciclismo, como cualquier deporte, es una pasión que nos lleva a superar límites personales. Más allá del ejercicio físico, enseña disciplina, resiliencia y compromiso, valores que pueden trasladarse a todos los aspectos de la vida. Entrenar para un desafío, equiparse, enfrentar el miedo al fracaso y atreverse a intentarlo son aprendizajes que van más allá de la bicicleta. Creo firmemente que cualquier actividad que nos impulse a crecer tiene un impacto positivo en nuestra vida.

¿Has visto cambios en la comunidad ciclista respecto a causas sociales o solidarias en los últimos años?

Sí, sin duda. Cada vez hay más conciencia sobre el impacto que el ciclismo puede tener más allá del deporte. La comunidad ciclista crece año a año, con más participación de mujeres, niños y personas de todas las edades. Y con ese crecimiento, también ha aumentado el interés en causas sociales. Eventos como Fireflies y otras iniciativas solidarias han demostrado que el ciclismo puede ser una poderosa herramienta para generar cambios y ayudar a quienes más lo necesitan.

¿Qué consejo le darías a quienes quieren combinar su pasión por el deporte con un propósito mayor, como el que impulsa Fireflies?

Mi consejo es atreverse. Muchas veces, los límites nos los ponemos nosotros mismos por miedo a fracasar o sentir que no estamos preparados. Pero la verdadera satisfacción llega cuando nos desafiamos y lo logramos. Intentarlo es el primer paso, y aunque haya obstáculos en el camino, la recompensa es enorme. Si tienes un propósito, persíguelo con determinación, prepárate bien y da ese primer paso sin miedo. Lo peor que puede pasar es que tengas que volver a intentarlo.

¿Cuál es tu próximo desafío en el ciclismo o en Fireflies?

Este año ha sido más tranquilo en términos competitivos. Decidí darme un respiro para dedicar más tiempo a la familia y el trabajo. Sin embargo, siempre estoy buscando nuevos desafíos. Fireflies es una cita obligatoria en mi calendario, porque su impacto va más allá de lo deportivo. En cuanto a futuras competencias, estoy evaluando opciones como Across Andes o algún otro reto de larga distancia. Pero, por ahora, disfruto esta pausa antes de embarcarme en lo que venga.

Si pudieras definir en una frase lo que ha significado la bicicleta en tu vida, ¿cuál sería?

La bicicleta es un vehículo de cambio. Me ha permitido conocerme mejor, generar impacto en otros, mantenerme activo y vivir experiencias inolvidables. Es una máquina que no solo te lleva de un lugar a otro, sino que te transforma en el proceso.

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