Surfear olas de renombre mundial no es solo un reto físico; es una conexión espiritual con el mar. Este ariqueño representa al talento chileno enfrentando olas de peso y llevando el nombre de su ciudad natal a lo más alto del panorama internacional.
En el extremo norte de Chile, donde el océano Pacífico encuentra al desierto más árido del mundo, se erige Arica, la “ciudad de la eterna primavera”. Pero para el mundo del surf, esta locación es mucho más que un paraíso turístico: es la cuna de algunas de las olas más icónicas del mundo. En este escenario desafiante, Christopher Herold ha construido su legado como un surfista, enfrentando con valentía y pasión olas que pocos se atreven a desafiar.
Desde muy joven, Herold estuvo rodeado por las vibraciones únicas del norte de Chile. Su ciudad natal no sólo le proporcionó las condiciones ideales para crecer como surfista, sino también una comunidad unida que comparte su amor por el mar. En sus palabras: “Arica me vio crecer; sus olas potentes han sido mi escuela”. Este entorno moldeó su habilidad para leer las olas, pero también su carácter como un defensor del surf chileno y embajador de su cultura.

Aunque no compite con regularidad, Herold se ha destacado en eventos de alto perfil donde las olas de gran calibre son las protagonistas. “Cuando compito, intento participar en competencias de olas tubulares o en eventos de big wave”, explica.
Entre sus logros, destaca haber ganado el premio a la Ola de Chile en 2021 y representar a su país en los ISA Games en tres ocasiones. Además, ha recibido invitaciones a prestigiosos eventos internacionales como el Mexpipe Warriors en Puerto Escondido y el Quemao Class en Lanzarote. Su próxima gran cita será en el King of Gringo, una competencia que se llevará a cabo en Arica en diciembre, consolidando su reputación como uno de los surfistas más respetados de la región.
Pero para Herold, el surf no se trata solo de victorias y trofeos. Representar a su ciudad y a Chile en el escenario internacional es, para él, un acto de amor y orgullo. “Arica es famosa por sus olas grandes, potentes y tubulares, que son un verdadero desafío para cualquier surfista. Es increíble poder mostrar eso al mundo”, comenta. Además, señala que el crecimiento del surf chileno está intrínsecamente ligado al apoyo que pueda recibir: “Tenemos olas de calidad mundial reconocidas globalmente. Con más respaldo, podemos desarrollar no solo el deporte, sino también atraer turismo y potenciar el nivel del talento local”.
La preparación para enfrentar olas de esta magnitud requiere algo más que habilidad natural. Herold sigue una rigurosa rutina física y mental que incluye entrenamiento en gimnasio con su kinesiólogo, David Escauriaza, desde los 16 años, así como prácticas de buceo de apnea, yoga y meditación. Estas disciplinas, explica, le ayudan a mantenerse en equilibrio y confianza.

“Enfrentar olas como El Gringo es un verdadero reto. La constancia es clave para estar física y mentalmente fuerte”, sostiene. Además, subraya la importancia de la conexión con el océano como parte esencial de su preparación: “El mar no solo te desafía, también te enseña y te conecta contigo mismo”.
A pesar de los desafíos, Herold siempre encuentra tiempo para inspirar a las nuevas generaciones de surfistas. Con humildad y entusiasmo, les envía un mensaje lleno de motivación: “A los jóvenes les diría que se la crean. El surf es un camino largo, pero con disciplina y pasión todo es posible. Tenemos olas increíbles en Chile que nos hacen únicos.
Mi consejo es que vengan a surfear a Arica. Aquí siempre van a encontrar buena onda y una comunidad dispuesta a ayudarlos”. Este llamado refleja su compromiso no solo con el deporte, sino también con el desarrollo de una cultura de surf inclusiva y solidaria.
Como amante del océano, Herold también se ha convertido en un defensor activo de la conservación marina. Reconoce el impacto que la actividad humana puede tener en el ecosistema costero y subraya la importancia de proteger las playas y olas para las futuras generaciones.
“El surf te conecta con la naturaleza y te enseña a respetarla. Es nuestro deber cuidar el mar, educar sobre el impacto de la contaminación y respetar los ciclos naturales”, afirma. Este compromiso no solo refuerza su papel como surfista, sino también como un guardián del medio ambiente.
La historia de Christopher Herold es una celebración del talento, la perseverancia y el amor por el océano. En cada ola que desafía, lleva consigo el espíritu de Arica y el orgullo de representar a Chile en el mundo. Más que un deportista, a medida que pasan los años es un símbolo de lo que significa vivir en armonía con la naturaleza, enfrentando desafíos con valentía y dejando una huella positiva en su comunidad y en el mar que tanto ama.
Una mención especial a Cerveza Royal Guard por su constante apoyo a la carrera deportiva de Christopher.